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Hace unos días vengo viendo durante la sobremesa, un programa de la televisión del canal DeCasa llamado "Cambio de Look" (How do i Look). El programa no es nuevo, ya había visto otros programas del mismo formato. En esencia se trata de una mujer que llega al programa obligada por algún amigo o familiar que creen que el estilo de la concursante no es el adecuado y no refleja cómo es esa persona en realidad.
La mayoría de las concursantes al principio se resisten a los cambios que les proponen los expertos. No les gusta la ropa nueva, ni los cortes de pelo, pero al final todas acceden a probar.
Mi parte favorita del programa es cuando empiezan a probarse ropa y salen a mirarse ante el espejo. No sólo parecen sufrir una transformación de estilo, ¡también se transforman sus pensamientos! sobre ellas mismas, sobre sus capacidades, sobre lo que pueden llegar a ser. Es evidente que es un show de televisión y muchas reacciones y comentarios estarán pactados de antemano, aún así yo me pregunto: ¿qué poder tiene la imagen que proyectamos sobre nosotros mismos? ¿Es verdad que un nuevo vestuario, un peinado moderno y un buen maquillaje puede transformarnos tanto por fuera como por dentro?
Pienso que el verse bien por fuera, ayuda a sentirse bien por dentro y también que sentirse genial con uno mismo, nos lleva a cuidarnos más, a querer vernos bien. Pero también se que "el hábito no hace al monge", aunque ayude mucho.
La ropa, el pelo, el maquillaje nos aportan una sensación de seguridad en nosotros mismos y en los demás como ninguna otra cosa. Una persona que cuida su imagen se siente más segura y tiene más confianza en sí misma, en lo que transmite a los demás.
Por ejemplo, ¿iríais a una entrevista de trabajo en chandal y zapatillas o con el pelo sucio? ¿o a una boda? ¿ os importa realmente lo que pensarían de vosotros si lo hicierais ? Del mismo modo, ¿piensas que el ir bien vestido te hará parecer que eres el candidato ideal para ese puesto que ansías? ¿Sin demostrar tus cualidades? Seguramente no, una buena imagen no te garantiza obtener un puesto de trabajo, (lamentablemente se dan casos en que sí) pero ayudar, ayuda.
Siempre están los extremos: aquellos que no cuidan demasiado su imagen porque piensan que lo importante es "cómo soy" y no "cómo me ven". En la otra punta tenemos a los que cuidan excesivamente su exterior pensando exclusivamente "según me vean los demás, así me considerarán".
Nuestra imagen personal es nuestra carta de presentación al mundo, es lo primero que ven los demás de nosotros. La postura, los gestos, la mirada, la sonrisa, la voz...todo forma parte de nuestra imagen, no sólo la ropa y los accesorios. Los psicólogos sociales dicen que cuando te presentan a una persona, en unos breves minutos se forman las primeras impresiones que después se refuerzan y que son dificilísimas de cambiar. "La primera impresión es la que cuenta".
Y vosotros...¿qué opináis?
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