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Además de la consabida "depresión post-vacacional", permitidme que hoy haga especial referencia a la depresión que muestran la mayoría de los papás y mamás que afrontan la vuelta al cole de sus hijos. Y este año se presenta especialmente dura. Con los recortes en becas para comedor, libros y transporte escolar, septiembre se muestra muy muy cuesta arriba.
Acabo de leer algunos datos bastante graves, como que según algunas estadísticas, uno de cada tres niños no podrá comprar los libros escolares (bueno, sus papás evidentemente). Y es que el cambio de los libros de texto que implica la Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad Educativa (LOMCE) ha supuesto un gasto para muchas familias casi imposible de afrontar.
Cierto es que algunas asociaciones locales y las ampas de varios colegios han puesto en marcha proyectos de préstamo de libros de texto que van a ayudar a muchas familias.
Sin embargo no son sólo los libros...ya sabéis, a todo esto se suma el material escolar (cuadernos, lápices, pinturas, bolígrafos, mochila, etc), el uniforme (aunque no es obligatorio en todos los colegios), el autobús, las actividades extraescolares, ropa y calzado deportivo... Todo son gastos.
Todos los septiembres son así. Y dejando a un lado el tema económico, vamos a tocar un poquito el tema emocional. Y es que la vuelta al cole para muchos niños es algo deseado y esperado tras el largo verano, y para otros es una auténtica tragedia. Muchos viven esta experiencia con entusiasmo, con ganas de volver a ver a los amigos, reencontrarse con profesores, con ganas de empezar a aprender cosas nuevas. Otros lo ven como el fin de la diversión, de los días de levantarse tarde, de jugar a todas horas, de no tener horarios y de no separarse de la familia. Precisamente esa ansiedad de separación es la que viven muchos niños ( y papás y mamás) que comienzan en la guardería o el primer curso de infantil.
El separarse de los pequeños nunca es fácil, ni para los niños ni para los padres que lo pasan realmente mal. Sin embargo hay que intentar llevar el tema con toda la tranquilidad posible, haciendo caso de lo que dicen las instructoras del centro. Los primeros días es importantísimo cumplir con el periodo de adaptación de los pequeños. Poquitas horas los primeros días, con despedidas cortas para no hacerlo más difícil, interesarse por las actividades que van a hacer en la guardería o colegio, asistir a las reuniones (importante), y mantener una buena y fluida comunicación con la cuidadora de vuestro hij@. Son reglas básicas para facilitar el proceso de inclusión en el centro infantil. En unos días vuestros hijos estarán encantados de asistir a su "cole" y reforzarán el proceso de socialización y la interactuación tanto con iguales como con adultos.
Ya para finalizar, y para quitarle hierro a todo este asunto, Septiembre también tiene cosas buenas (aunque sean un poco triviales) como el clima, la vuelta a la rutina (que también tiene sus ventajas), el principio del otoño...y mi cumpleaños! ;-)
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